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Los mejores restaurantes de La Habana.
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Un viaje gastronómico a La Habana
Hay años y años y hay vacaciones y vacaciones. Este año nuestras cabezas y nuestros cuerpos necesitaban disfrutar pero sobre todo, desconectar. Cuando me planteo unas vacaciones, normalmente hago una lista eterna de cosas que ver. Estas listas, muchas veces, me generan estrés. Por eso, este año nos hemos planteado unas vacaciones MUY diferentes. Nos hemos ido a la Habana sin listas con la única intención de disfrutar y desconectar, y esto… ¿cómo lo hacemos? paseando sin prisa, perdiéndonos y encontrando lo que más nos gusta: los mejores restaurantes (o paladares, como se les conocen en Cuba).
11 días dan para mucho y estoy casi al 100% segura de que en esta lista están los mejores restaurantes de La Habana. Todos los encontramos a través de recomendaciones de amigos.
IVAN chefs JUSTO (€€€)
Este paladar se encuentra ubicado en La Habana vieja. De sus paredes cuelgan curiosos objetos antiguos al lado de cientos de fotos de famosos tipo Will Smith, Penélope Cruz o Paris Hilton. El techo es turquesa y las mesas están vestidas con manteles anticuados y de colores estridentes. Aunque esta descripción resulta algo dantesca, la mezcla de cada uno de los objetos convierte a este local en un lugar único. Al entrar tenía claro que estaba en el equivalente de Casa Lucio en La Habana. Sin embargo, al probar el primer plato mi percepción cambió por completo. Estaba en un restaurante de alta cocina.
Ivan Chefs JUSTO
Pedimos croquetas líquidas de ropa vieja y nos quedamos a cuadros cuando llegó a la mesa un tarrito envuelto sobre una campana ahumada. Esas eran las croquetas. ¡Indescriptibles! Finalmente tuvimos que volver para probar también las de cangrejo. Los tacos también resultaron ser de otro planeta. Una pasada de sitio 100% auténtico y delicioso.
El postre mejor en la terraza.
Paladar Los Mercaderes (€€€)
Sin ninguna duda, el mejor restaurante de La Habana. Este paladar lo encontrarás paseado por la Habana Vieja, camuflado entre decenas de restaurantes de comida italiana, española… ¡Búscalo y entra! El edificio es antiguo y en cuanto subes sus escaleras descubres un salón de techos altísimos decorado con carteles antiguos de diferentes espectáculos cubanos. ¡Los habría robado todos! Cuando fuimos, había dos chicos tocando música en directo. En algunos sitios puede resultar molesto tener justo al lado música mientras comes, este no era el caso. La atmósfera de ese lugar nos atrapó literalmente. Se nos echó el tiempo (y el vino) encima y ya no hicimos más en todo el día. ¿Y para qué quieres más?
En los Mercaderes probé la mejor costilla de cerdo de mi vida (que me perdone mi madre cuando lea esto). Prometo intentar copiar la receta y compartirla. Me dijeron cómo la cocinaban pero lo hicieron después de invitarnos a un chupito de ron (idea fatal). Exquisito también el pulpo de este restaurante acompañado por boniato. He descubierto el boniato en Cuba y deseandito estoy de que llegue la temporada aquí para cocinarlo.
Paladar Café Laurent (€€)
Este restaurante se encuentra ubicado en la última planta de un edificio de la zona de El Vedado. Al entrar, te sorprenderá su ascensor. Se puede decir que ha entrado en mi top de ascensores molones en los que he montado, hasta la fecha compite con uno en Nueva York y otro en Las Vegas. El ambiente es familiar, no hay aire acondicionado pero dispone de una legión de ventiladores y cumplen con creces su función. Dispone de una terraza cubierta muy muy agradable.
Merece la pena por sus vistas, por su servicio pero sobre todo por su comida. Sin ninguna duda la mejor ropa vieja que probamos en La Habana. La presentan acompañada de tostones (plátano frito) y puré de boniato: ¡Un escándalo! Nos gustó absolutamente todo lo que pedimos pero sobre todo, la focaccia de camarones ¡Espectacular!
Ropa vieja en paladar café Laurent en La Habana (Cuba)
Cuidado con las sugerencias
Disfrutamos tanto en nuestra primera visita que tuvimos que volver. Lo curioso fue que cuando fuimos por segunda vez, mientras paseábamos en busca del restaurante, nos paró una señora por la calle porque nos veía algo perdidos. Nos preguntó dónde íbamos y al decirle que nos dirigíamos al Laurent, nos indicó amablemente dónde se encontraba. Le dimos las gracias por su amabilidad y justo en ese momento nos preguntó si estábamos seguros de querer ir allí porque la comida es árabe. Nos extrañamos muchísimo porque habíamos comido ya allí y la comida era 100% cubana.
Si no hubiéramos estado allí antes seguramente nos habríamos planteado seriamente ir o no en el último momento. Pero claro, esta “amable” señora ya tenía ideado nuestro “plan b”, nos sugirió ir a otro restaurante cercano de comida cubana, rechazamos su propuesta y seguimos con nuestro paseo. Al comentarle esta anécdota a un amigo que vive en Cuba, nos dijo que es habitual que en las proximidades de los restaurantes “buenos” se encuentren personas como estas tratando de “robar” clientes. En estos restaurantes, suelen tener dos cartas: la normal y la de las comisiones. Si vas acompañado por una de estas personas, adivina qué carta te darán. Has acertado: la cara.
La Guarida (€€€)
La Guarida – Tony Hisgett
Parada obligatoria en La Habana. Si nos has estado allí, no has estado en La Habana. Puede resultar poco apetecible ir a un restaurante tan “masificado” pero sin ninguna duda merece la pena. El edificio se ha convertido en el emblema de este paladar. Sus paredes descascarilladas tienen un encanto que atrapa. Sólo apto para aquellos que son capaces de apreciar la belleza de lo antiguo en su estado más bruto. Sus escaleras son imponentes y buen reflejo de lo que te vas a encontrar al probar sus platos. El carpaccio de pulpo nos entusiasmó al igual que el rabo de toro guisado, este último estaba buenísimo pero no tanto como el de mi madre (guiño, guiño).
Otra manera (€€€)
Otramanera
Este restaurante está algo alejado del centro de La Habana, se encuentra en Miramar. Esta zona contrasta mucho con La Habana vieja, sus calles son anchas y los edificios y coches más “nuevos”. El local también contrasta con todos los anteriores. Su decoración es sobria, minimalista y también maravillosa. La terraza resulta apetecible también en días de tormenta.
Este restaurante es perfecto para cenar antes de ir a disfrutar del lugar más auténtico, interesante y divertido en el que he estado en la Habana: La fábrica de arte cubano.
Los mejores restaurantes de La Habana.
Un viaje gastronómico a La Habana
Hay años y años y hay vacaciones y vacaciones. Este año nuestras cabezas y nuestros cuerpos necesitaban disfrutar pero sobre todo, desconectar. Cuando me planteo unas vacaciones, normalmente hago una lista eterna de cosas que ver. Estas listas, muchas veces, me generan estrés. Por eso, este año nos hemos planteado unas vacaciones MUY diferentes. Nos hemos ido a la Habana sin listas con la única intención de disfrutar y desconectar, y esto… ¿cómo lo hacemos? paseando sin prisa, perdiéndonos y encontrando lo que más nos gusta: los mejores restaurantes (o paladares, como se les conocen en Cuba).
IVAN chefs JUSTO (€€€)
Este paladar se encuentra ubicado en La Habana vieja. De sus paredes cuelgan curiosos objetos antiguos al lado de cientos de fotos de famosos tipo Will Smith, Penélope Cruz o Paris Hilton. El techo es turquesa y las mesas están vestidas con manteles anticuados y de colores estridentes. Aunque esta descripción resulta algo dantesca, la mezcla de cada uno de los objetos convierte a este local en un lugar único. Al entrar tenía claro que estaba en el equivalente de Casa Lucio en La Habana. Sin embargo, al probar el primer plato mi percepción cambió por completo. Estaba en un restaurante de alta cocina.
Ivan Chefs JUSTO
Pedimos croquetas líquidas de ropa vieja y nos quedamos a cuadros cuando llegó a la mesa un tarrito envuelto sobre una campana ahumada. Esas eran las croquetas. ¡Indescriptibles! Finalmente tuvimos que volver para probar también las de cangrejo. Los tacos también resultaron ser de otro planeta. Una pasada de sitio 100% auténtico y delicioso.
El postre mejor en la terraza.
Paladar Los Mercaderes (€€€)
Sin ninguna duda, el mejor restaurante de La Habana. Este paladar lo encontrarás paseado por la Habana Vieja, camuflado entre decenas de restaurantes de comida italiana, española… ¡Búscalo y entra! El edificio es antiguo y en cuanto subes sus escaleras descubres un salón de techos altísimos decorado con carteles antiguos de diferentes espectáculos cubanos. ¡Los habría robado todos! Cuando fuimos, había dos chicos tocando música en directo. En algunos sitios puede resultar molesto tener justo al lado música mientras comes, este no era el caso. La atmósfera de ese lugar nos atrapó literalmente. Se nos echó el tiempo (y el vino) encima y ya no hicimos más en todo el día. ¿Y para qué quieres más?
En los Mercaderes probé la mejor costilla de cerdo de mi vida (que me perdone mi madre cuando lea esto). Prometo intentar copiar la receta y compartirla. Me dijeron cómo la cocinaban pero lo hicieron después de invitarnos a un chupito de ron (idea fatal). Exquisito también el pulpo de este restaurante acompañado por boniato. He descubierto el boniato en Cuba y deseandito estoy de que llegue la temporada aquí para cocinarlo.
Paladar Café Laurent (€€)
Este restaurante se encuentra ubicado en la última planta de un edificio de la zona de El Vedado. Al entrar, te sorprenderá su ascensor. Se puede decir que ha entrado en mi top de ascensores molones en los que he montado, hasta la fecha compite con uno en Nueva York y otro en Las Vegas. El ambiente es familiar, no hay aire acondicionado pero dispone de una legión de ventiladores y cumplen con creces su función. Dispone de una terraza cubierta muy muy agradable.
Merece la pena por sus vistas, por su servicio pero sobre todo por su comida. Sin ninguna duda la mejor ropa vieja que probamos en La Habana. La presentan acompañada de tostones (plátano frito) y puré de boniato: ¡Un escándalo! Nos gustó absolutamente todo lo que pedimos pero sobre todo, la focaccia de camarones ¡Espectacular!
Ropa vieja en paladar café Laurent en La Habana (Cuba)
Cuidado con las sugerencias
Disfrutamos tanto en nuestra primera visita que tuvimos que volver. Lo curioso fue que cuando fuimos por segunda vez, mientras paseábamos en busca del restaurante, nos paró una señora por la calle porque nos veía algo perdidos. Nos preguntó dónde íbamos y al decirle que nos dirigíamos al Laurent, nos indicó amablemente dónde se encontraba. Le dimos las gracias por su amabilidad y justo en ese momento nos preguntó si estábamos seguros de querer ir allí porque la comida es árabe. Nos extrañamos muchísimo porque habíamos comido ya allí y la comida era 100% cubana.
Si no hubiéramos estado allí antes seguramente nos habríamos planteado seriamente ir o no en el último momento. Pero claro, esta “amable” señora ya tenía ideado nuestro “plan b”, nos sugirió ir a otro restaurante cercano de comida cubana, rechazamos su propuesta y seguimos con nuestro paseo. Al comentarle esta anécdota a un amigo que vive en Cuba, nos dijo que es habitual que en las proximidades de los restaurantes “buenos” se encuentren personas como estas tratando de “robar” clientes. En estos restaurantes, suelen tener dos cartas: la normal y la de las comisiones. Si vas acompañado por una de estas personas, adivina qué carta te darán. Has acertado: la cara.
La Guarida (€€€)
La Guarida – Tony Hisgett
Parada obligatoria en La Habana. Si nos has estado allí, no has estado en La Habana. Puede resultar poco apetecible ir a un restaurante tan “masificado” pero sin ninguna duda merece la pena. El edificio se ha convertido en el emblema de este paladar. Sus paredes descascarilladas tienen un encanto que atrapa. Sólo apto para aquellos que son capaces de apreciar la belleza de lo antiguo en su estado más bruto. Sus escaleras son imponentes y buen reflejo de lo que te vas a encontrar al probar sus platos. El carpaccio de pulpo nos entusiasmó al igual que el rabo de toro guisado, este último estaba buenísimo pero no tanto como el de mi madre (guiño, guiño).
Otra manera (€€€)
Otramanera
Este restaurante está algo alejado del centro de La Habana, se encuentra en Miramar. Esta zona contrasta mucho con La Habana vieja, sus calles son anchas y los edificios y coches más “nuevos”. El local también contrasta con todos los anteriores. Su decoración es sobria, minimalista y también maravillosa. La terraza resulta apetecible también en días de tormenta.
Este restaurante es perfecto para cenar antes de ir a disfrutar del lugar más auténtico, interesante y divertido en el que he estado en la Habana: La fábrica de arte cubano.